Ante un salón colmado, se escuchó la palabra de los invitados
“Tenemos entonces una tensión y queremos instalar, por lo menos poner las ideas, y decir ‘miren: si no nos ponemos a pensar, las hipótesis que están haciendo algunos teóricos, tanto en el campo de la filosofía política como en el campo de otras disciplinas como el psicoanálisis, son francamente hipótesis durísimas: a menos que pensemos la pulsión de muerte avanza sola”, advirtió la doctora en un llamado urgente a la dirigencia política y social.
-¿Qué rol le cabe a la escuela en este marco?
- La escuela sirve para lo que siempre sirvió. Para lo que muchos lograron que sirviera, que es ofrecer a los chicos la posibilidad de un porvenir distinto a un futuro que sea simplemente el cumplimiento de la condena de fracaso, esa que le asigna su origen. La educación tiene un carácter emancipador cuando está habitada por esta intencionalidad de enfrentarse a las profecías de fracaso, de desoír los discursos tecnocráticos, demagógicos y burocráticos. Los chicos necesitan grandes para poder crecer y necesitan educación en el sentido más amplio y más noble, escolar y no escolar, para poder decir que tienen ganas de que haya un porvenir. Y tener en ese porvenir una vida, no simplemente el cumplimiento de una profecía preasignada.
-Estamos a pocos días del inicio del ciclo lectivo, nuevamente con un reclamo por el salario docente. ¿Qué sucede con el maestro? ¿Qué rol le cabe en este contexto? ¿Cuál le asigna la sociedad, y cuál se asigna el maestro a sí mismo?
-No se puede hablar en términos generales. Hay, como en todas las profesiones, unos y otros. Me parece que hay un reclamo justo, es un trabajo muy noble que requiere ser tratado de otra manera. Pero me parece también que no se puede esperar, en el marco de las políticas actuales donde la justicia está totalmente ausente, que se trate la problemática educativa con independencia del resto de las problemáticas políticas de este país.
Tarifas, antes y después de Menem
Gustavo Calleja consideró que “la última vez que el país tuvo un plan en serio, un programa, fue en la época de Arturo Illía con el Plan Nacional de Desarrollo”. “Fue el último gran sueño colectivo, hecho realidad. Empezó con la infraestructura física y con la infraestructura educativa y cultural. Después vino el resto”, subrayó el vicepresidente del grupo Moreno que detalló: “Se tiene el petróleo, el transporte, la energía, la educación. Si no hay eso, no hay nada, no hay proyecto”, resumió.
Recordó las políticas, en este sentido, de Hipólito Yrigoyen cuando fundó YPF. “Creo YPF para pensar en infraestructura, para ocupar territorio, para llevar escuelas a ese territorio, a la Patagonia. Y definió allí los lineamientos para el crecimiento de la Argentina que tienen plena vigencia hoy pero que lamentablemente los aplica Brasil”, cuestionó.
MOTIVOS. Para Calleja, el debate ausente en la política, respecto de la energía, se explica “repasando los fondos de campaña y su origen”.
Observó que el tema volvió a suscitar interés cuando tuvo su efecto en el aumento de tarifas: “Si yo empiezo a hablar del petróleo y termino en las tarifas no me escucha nadie; si empiezo a hablar de la tarifas y termino con el petróleo me van a escuchar”, graficó Calleja la preocupación social y política del asunto.
Consideró que esta falta de debate respecto del tema hizo posible “algo tan absurdo como que un país le entregue su petróleo a las multinacionales, que se llevan entre 10 mil y 15 mil millones de dólares lo que es la mitad del presupuesto de la Nación”.
“Pero además, sólo así es posible que se pierda, en la Argentina, el concepto que nació junto con YPF: las tarifas de servicios públicos deben permitir que todos accedan y permanezcan en el servicio, no importa donde vivan ni cuánto ganen”, añadió Calleja que resumió el giro en este concepto del siguiente modo: “Desde Menem para acá, el petróleo es mercancía y los servicios públicos son para quien los paga”.
Sergio Menéndez, VicePte del Comite de la Capital, Carlos Cecco, Presidente del Comité Provincial, Graciela Frigerio, educadora e investigadora, Fabian Rogel, Presidente del Comité de la Capital (UCR) y Gustavo Calleja, Fundación Illia y grupo MORENO
Energía y educación, los pilares de toda política
APORTES. Frigerio y Calleja abrieron en Paraná el ciclo de conferencias titulado “Convocatoria al pensamiento nacional”.
Graciela Frigerio y Gustavo Calleja, especialistas en los temas de educación y de energía, respectivamente, disertaron ayer sobre la urgencia de plantear un debate político profundo acerca de estas dos materias.
Fue en un panel debate que tuvo lugar en la UCR, oportunidad en que se dio inicio a un ciclo de actividades organizadas por el Comité Capital que apuntan a instalar “una agenda” para la oposición en la provincia.
“Los debates ausentes” llevó por sugestivo nombre un panel debate que tuvo lugar ayer con la participación de la doctora en Ciencias de la Educación, Graciela Frigerio, y el ex subsecretario de Combustibles y vicepresidente del Grupo Moreno, Gustavo Calleja. Los disertantes fueron invitados por el Comité Capital de la UCR que inició, de este modo, una serie de conferencias bajo el título “convocatoria al pensamiento nacional” que tendría por fin aportar al debate de una agenda política de la oposición.
En visita a EL DIARIO, los especialistas se entrevistaron con el Director de esta Hoja, Dr. Luis F. Etchevehere. Acompañados por el presidente de la UCR de Paraná, Fabián Rogel, y el ex convencional, Luis Brasesco, Frigerio y Calleja pusieron de relieve la falta de un análisis profundo respecto de la educación y de la energía, pilares básicos para el diseño de un país.
“De energía y de educación se habla –observó Frigerio-. No hay discurso político que no haga mención a alguno de estos rubros. Pero de ahí a que estos temas se piensen y que sobre estos temas se debata hay una larguísima distancia”, distinguió.
Energía y educación, los pilares de toda política
Luz Alcain
APORTES. Frigerio y Calleja abrieron en Paraná el ciclo de conferencias titulado “Convocatoria al pensamiento nacional”.
Graciela Frigerio y Gustavo Calleja, especialistas en los temas de educación y de energía, respectivamente, disertaron ayer sobre la urgencia de plantear un debate político profundo acerca de estas dos materias.
Fue en un panel debate que tuvo lugar en la UCR, oportunidad en que se dio inicio a un ciclo de actividades organizadas por el Comité Capital que apuntan a instalar “una agenda” para la oposición en la provincia.
“Los debates ausentes” llevó por sugestivo nombre un panel debate que tuvo lugar ayer con la participación de la doctora en Ciencias de la Educación, Graciela Frigerio, y el ex subsecretario de Combustibles y vicepresidente del Grupo Moreno, Gustavo Calleja. Los disertantes fueron invitados por el Comité Capital de la UCR que inició, de este modo, una serie de conferencias bajo el título “convocatoria al pensamiento nacional” que tendría por fin aportar al debate de una agenda política de la oposición.
En visita a EL DIARIO, los especialistas se entrevistaron con el Director de esta Hoja, Dr. Luis F. Etchevehere. Acompañados por el presidente de la UCR de Paraná, Fabián Rogel, y el ex convencional, Luis Brasesco, Frigerio y Calleja pusieron de relieve la falta de un análisis profundo respecto de la educación y de la energía, pilares básicos para el diseño de un país.
“De energía y de educación se habla –observó Frigerio-. No hay discurso político que no haga mención a alguno de estos rubros. Pero de ahí a que estos temas se piensen y que sobre estos temas se debata hay una larguísima distancia”, distinguió.
“En mi opinión, carecemos hoy absolutamente de un auténtico debate educativo. Tenemos una situación particularmente penosa y podría decirlo de manera poco académica pero muy contundente: hace muchos años que en la política argentina, en materia de política educativa, a los gobernantes no se les cae una idea.
-¿Qué responsabilidad tienen los partidos en que esto sea así?
-Ahora tenemos una necesidad. Me parece que hemos llegado al punto de adquirir conciencia de la necesidad de restituir un diálogo, un pensamiento y un debate en los partidos, y eventualmente entre los partidos. Pero digamos que hace tiempo que los partidos están también un poco descuidados en el mantenimiento de los debates, salvo en aquellos lugares como el de hoy donde se sigue intentando abrir un espacio, poner a la gente a pensar y a decir “hace falta crear un proyecto”.
-¿Qué responsabilidad tienen los partidos en que esto sea así?
-Ahora tenemos una necesidad. Me parece que hemos llegado al punto de adquirir conciencia de la necesidad de restituir un diálogo, un pensamiento y un debate en los partidos, y eventualmente entre los partidos. Pero digamos que hace tiempo que los partidos están también un poco descuidados en el mantenimiento de los debates, salvo en aquellos lugares como el de hoy donde se sigue intentando abrir un espacio, poner a la gente a pensar y a decir “hace falta crear un proyecto”.
Recién hablábamos de una época de la política romántica. No era romántica en el sentido edulcorado, almibarado. Eran tiempos de coraje político. Eran tiempos donde el oportunismo, la demagogia, el travestismo político no formaban parte de los códigos. Eran tiempos donde la traición se llamaba traición y se llamaba traición a la patria, traición a las ideas.
-PALABRAS APOLITICAS.
Frigerio abundó respecto de la ausencia de sentido de algunas palabras y la coincidencia del fenómeno con la erosión de los partidos y del debate político. “Cuando los partidos se deshilachan, que se deshilachan con la intencionalidad de que desaparezca la preocupación por lo político, es que las palabras empiezan a usarse para cualquier cosa”, marcó la pedagoga que encontró allí el momento en que “aparecen los discursos retóricos, aparece lo políticamente correcto y al mismo tiempo se abandonan los principios y las efectividades conducentes”.
“Hoy hablamos de los derechos del niño y tenemos más niños que nunca muriéndose de hambre, hablamos de sociedades del conocimiento y tenemos políticas desubjetivantes. Un niño no puede aprender si no es reconocido”, enfatizó Frigerio.
-PALABRAS APOLITICAS.
Frigerio abundó respecto de la ausencia de sentido de algunas palabras y la coincidencia del fenómeno con la erosión de los partidos y del debate político. “Cuando los partidos se deshilachan, que se deshilachan con la intencionalidad de que desaparezca la preocupación por lo político, es que las palabras empiezan a usarse para cualquier cosa”, marcó la pedagoga que encontró allí el momento en que “aparecen los discursos retóricos, aparece lo políticamente correcto y al mismo tiempo se abandonan los principios y las efectividades conducentes”.
“Hoy hablamos de los derechos del niño y tenemos más niños que nunca muriéndose de hambre, hablamos de sociedades del conocimiento y tenemos políticas desubjetivantes. Un niño no puede aprender si no es reconocido”, enfatizó Frigerio.
“Tenemos entonces una tensión y queremos instalar, por lo menos poner las ideas, y decir ‘miren: si no nos ponemos a pensar, las hipótesis que están haciendo algunos teóricos, tanto en el campo de la filosofía política como en el campo de otras disciplinas como el psicoanálisis, son francamente hipótesis durísimas: a menos que pensemos la pulsión de muerte avanza sola”, advirtió la doctora en un llamado urgente a la dirigencia política y social.
-¿Qué rol le cabe a la escuela en este marco?
- La escuela sirve para lo que siempre sirvió. Para lo que muchos lograron que sirviera, que es ofrecer a los chicos la posibilidad de un porvenir distinto a un futuro que sea simplemente el cumplimiento de la condena de fracaso, esa que le asigna su origen. La educación tiene un carácter emancipador cuando está habitada por esta intencionalidad de enfrentarse a las profecías de fracaso, de desoír los discursos tecnocráticos, demagógicos y burocráticos. Los chicos necesitan grandes para poder crecer y necesitan educación en el sentido más amplio y más noble, escolar y no escolar, para poder decir que tienen ganas de que haya un porvenir. Y tener en ese porvenir una vida, no simplemente el cumplimiento de una profecía preasignada.
-Estamos a pocos días del inicio del ciclo lectivo, nuevamente con un reclamo por el salario docente. ¿Qué sucede con el maestro? ¿Qué rol le cabe en este contexto? ¿Cuál le asigna la sociedad, y cuál se asigna el maestro a sí mismo?
-No se puede hablar en términos generales. Hay, como en todas las profesiones, unos y otros. Me parece que hay un reclamo justo, es un trabajo muy noble que requiere ser tratado de otra manera. Pero me parece también que no se puede esperar, en el marco de las políticas actuales donde la justicia está totalmente ausente, que se trate la problemática educativa con independencia del resto de las problemáticas políticas de este país.
Tarifas, antes y después de Menem
Gustavo Calleja consideró que “la última vez que el país tuvo un plan en serio, un programa, fue en la época de Arturo Illía con el Plan Nacional de Desarrollo”. “Fue el último gran sueño colectivo, hecho realidad. Empezó con la infraestructura física y con la infraestructura educativa y cultural. Después vino el resto”, subrayó el vicepresidente del grupo Moreno que detalló: “Se tiene el petróleo, el transporte, la energía, la educación. Si no hay eso, no hay nada, no hay proyecto”, resumió.
Recordó las políticas, en este sentido, de Hipólito Yrigoyen cuando fundó YPF. “Creo YPF para pensar en infraestructura, para ocupar territorio, para llevar escuelas a ese territorio, a la Patagonia. Y definió allí los lineamientos para el crecimiento de la Argentina que tienen plena vigencia hoy pero que lamentablemente los aplica Brasil”, cuestionó.
MOTIVOS. Para Calleja, el debate ausente en la política, respecto de la energía, se explica “repasando los fondos de campaña y su origen”.
Observó que el tema volvió a suscitar interés cuando tuvo su efecto en el aumento de tarifas: “Si yo empiezo a hablar del petróleo y termino en las tarifas no me escucha nadie; si empiezo a hablar de la tarifas y termino con el petróleo me van a escuchar”, graficó Calleja la preocupación social y política del asunto.
Consideró que esta falta de debate respecto del tema hizo posible “algo tan absurdo como que un país le entregue su petróleo a las multinacionales, que se llevan entre 10 mil y 15 mil millones de dólares lo que es la mitad del presupuesto de la Nación”.
“Pero además, sólo así es posible que se pierda, en la Argentina, el concepto que nació junto con YPF: las tarifas de servicios públicos deben permitir que todos accedan y permanezcan en el servicio, no importa donde vivan ni cuánto ganen”, añadió Calleja que resumió el giro en este concepto del siguiente modo: “Desde Menem para acá, el petróleo es mercancía y los servicios públicos son para quien los paga”.
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