lunes, 18 de mayo de 2009

Falleció Don Ricardo Illia.


Don Ricardo, el otro Illia, en el Comite Provincial de la UCR de Entre Ríos (2006)

Falleció Don Ricardo Illia.

El sábado 16 del corriente mes, a los 91 años, falleció el Prof. Ricardo H. Illia, hermano de Arturo, a quien acompañó durante su gestión presidencial como Secretario General de la Presidencia.
Un amigo de la UCR de Entre Ríos, en la foto en el acto por los 40 años del derrocamiento de Arturo ILLIA, junto a Hector Lebensohn y Fabian Rogel.




Compartía y colaborada en las actividades de nuestra Fundación y, al igual que el ex Presidente, cultivaba la amistad con Osvaldo Álvarez Guerrero. Si algo lo distinguía era el ser intransigente en la defensa de sus principios, que eran los tradicionales del Radicalismo.
En la gestión de Raúl Alfonsín fue Presidente de la Casa de la Moneda y Embajador de la República en Ecuador. Durante la dictadura de Juan C. Onganía dirigió el grupo más activo de resistencia a la misma. Fue Presidente de los comités de la UCR Arturo Illia en San Isidro y de la Circunscripción 16º de la Capital Federal.
En el año 2000 editó su libro “Arturo Illia: su vida, principios y doctrina”. El prólogo del mismo fue de Osvaldo Álvarez Guerrero. Ricardo Illia, contribuyó de esa forma a paliar, en palabras de Osvaldo, “la escasez de trabajos biográficos y estudios históricos sobre la vida, la obra y la época de Arturo Illia”. Agregaba, además, en el prólogo lo siguiente:
Ricardo Illia, cuya personalidad tiene envergadura propia, es hermano del ilustre Presidente. Su relato es encomiástico, desde luego, pero no por aquella común filiación de sangre. Escribe con sencilla austeridad, y su exposición (documentada y objetiva) revela, con cuidada armonía, algunos nudos de la vida, las ideas y las acciones de Arturo Illia. El elogio deriva de los hechos expuestos, no del arbitrio valorativo y parcial. La emoción del amor fraterno se hace presente en la conmovedora prosa del poema con que se cierran estas páginas”. (Se adjunta al presente documento)
“En la historia del género biográfico en la Argentina, han sido muy infrecuentes los libros escritos por un hermano del protagonista (Sólo recuerdo, ahora, las páginas de Manuel sobre Mariano Moreno). Quizás el pudor malentendido haya sido la causa de estas inexistencias. En este sentido, el libro de Ricardo Illia sobre el ex Presidente es una valiosa excepción, no sólo por el testimonio del hermano, sino por el conocimiento inmediato de episodios históricos al haberse desempeñado en la Secretaría General de la Presidencia de la Nacion, durante aquel período histórico.”


Cordialmente
Gustavo A. Calleja

Presidente Fundación Arturo Illia para la Democracia y la Paz.

Don Ricardo Illia, junto al ex intendente de Oro Verde, Carlos Schmidt.


El otro Illia

No debe haberle sido fácil llevar ese apellido. Pero demostró haberlo llevado con honor. Ahí está su vida intachable como ejemplo de ello.



Se fue don Ricardo Illia, hermano menor de don Arturo, a quien supo acompañar siempre en los buenos y en los malos momentos de la difícil vida de quien se consagra por entero a un ideal. Y lo supo asumir con desprendimiento y grandeza. Aún sabiendo que no le estaba reservada a él la posibilidad de descollar en la actividad política.




Alguna vez su propio hermano se lo indicó y él, que tenía plena conciencia del mayorazgo que Arturo ejercía, lo contaba con naturalidad. Por eso debió renunciar a alguna candidatura que tenía bien merecida no por ser “hermano de” como ocurre en estos tiempos que vivimos, sino por sus condiciones intelectuales y por su capacidad de trabajo.




Sin embargo ahí estuvo siempre, al lado de quien era el líder, el jefe, el referente. Y así fue Secretario General de la Presidencia entre el 12 de octubre de 1963, cuando juntos llegaron a Balcarce 50 con la esperanza de reconstruir la República a la que habían dedicado su tiempo y su esfuerzo y la infausta madrugada del 28 de junio de 1966 cuando debieron abandonarla junto a un puñado de ministros, secretarios de Estado, amigos y leales radicales ante la amenaza de un pelotón policial de lanzagases, dando por tierra con el sueño de tantas vigilias democráticas.




No fue casual que esa mañana, don Arturo que no tenía adónde ir fuera a vivir a la casa de su hermano Ricardo.




Luego de la larga y negra noche de la muerte en la aurora democrática de 1983, ya muerto Arturo, acompañó la columna que llevó victoriosa la bandera de la libertad y fue un ejemplar presidente de la Casa de la Moneda, donde ni por asomo hubiera permitido que se imprimieran billetes falsos con la imagen del presidente en ejercicio.




Y fue también digno representante argentino como embajador en la hermana República de Ecuador.




Le fue concedida una vejez ejemplar y fue algo así como el albacea del legado moral y republicano que había dejado su extinto hermano Arturo.




Siempre afable, siempre leal a la causa, siempre dispuesto a enseñar, como buen docente que era.




Murió Ricardo Illia. El otro Illia. También él dejó un ejemplo: el de la dignidad.





Diego Barovero

No hay comentarios: